La justicia coreana sigue limpiando la escena de los esports

El expresidente de la Asociación Coreana de Esports (KeSPA), Jeon Byeong-heon, ha sido sentenciado a pasar 5 años en prisión luego de verse involucrado en un escándalo de corrupción. Jeon tomó el liderazgo de KeSPA en 2013, pero no fue sino hasta 2017 cuando lo acusaron de soborno y malversación.

En aquella ocasión, fue llevado a la corte para ser interrogado. Poco después, la investigación reveló que el ejecutivo recibió $270,000 USD por parte de la compañía Lotte Group, y aprovechó su posición de poder para «manipular y evadir las leyes industriales, así como asignar amigos y familiares a puestos elevados”.

De acurdo con la fiscalía, Jeon también usó su poder político mientras estuvo en la administración presidencial para amañar fondos adicionales para la KeSPA. Esto se llevó a cabo desviando presupuesto del estado —cerca de $1.77 MDD—, una maniobra en la que Jeon se quedó con parte del dinero.

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Ahora, el expresidente tendrá que pagar una fianza de aproximadamente $300,000 USD, además de cumplir su sentencia de 5 años en la carcel. Igualmente, uno de sus cómplices deberá pasar el mismo tiempo tras las rejas y pagar un multa de $444,000 USD.

Los primeros reportes de este escándalo surgieron en noviembre de 2017, cuando el Comité de Administración y Clasificación de Juegos interpuso una apelación pública en Corea del Sur. Como resultado, las autoridades descubrieron que Jeon había generado una red de corrupción que incluía a varios gigantes empresariales como Nexon, Netmarble y NCSoft. Estas compañías habían monopolizado el control de la industria, desde la distribución hasta la legalidad de sus productos, alcanzando instancias gubernamentales.

En consecuencia, la policía asaltó por sorpresa las instalaciones de la KeSPA, y confirmó que la asociación se había coludido con Lotte Group. Naturalmente, el arresto de Jeon no tardó en llegar.

Esta no es la primera vez que Lotte Group participa en un escándalo legal. En 2016, la justicia coreana ya había investigado a la compañía por posibles fondos ilícitos y abuso de confianza entre sus múltiples empresas. Un par de meses después, la historia terminó con el cadáver del entonces presidente Lee In-won, quien fue hallado muerto —posiblemente por suicidio— antes de que las autoridades pudieran interrogarlo.

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