Más de 120 jugadores compitieron por una medalla en la final presencial del torneo

Esta nota es una colaboración de Alan Cruz

Día a día los esports van evolucionando, y de a poco logran romper el capullo en el que se encuentran. En pocos años los eventos dejaron de ser en cibercafés, y pasaron a convertirse en certámenes a nivel mundial.

Hoy en día, hasta cuentan con competencias avaladas por el gobierno. Sí, en Argentina los deportes electrónicos volvieron a sorprender: de la mano de la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina (DEVA) fueron una disciplina más en los Juegos Bonaerenses, un certamen que celebró su XXVII edición.

El evento, que reúne a lo más destacado de la provincia en cuanto a disciplinas deportivas y de recreación, tuvo competencias de 3 esports: League of Legends (menores y mayores de 18), Clash Royale y FIFA (categoría única).

Hubo más de 2.000 inscritos, que se fueron eliminando a lo largo del año. Esta semana se disputaron las finales en la ciudad de Mar del Plata, a la cual llegaron más de 120 participantes que, representando a sus municipios, compitieron por una medalla.

El escenario fue, una vez más, la cúpula del Palacio de Deportes de la ciudad balnearia, que estuvo acondicionado para los torneos. Hubo 20 ordenadores, un sector con PlayStation, una pequeña arena para Clash Royale y hasta un lugar para los casters, porque varias de las partidas fueron transmitidas a través de Twitch y YouTube. Todos los torneos comenzaron en octavos de final, y tras 2 días de competencia se definieron los ganadores.

League of Legends (mayores de 18)

  • Oro: Ensenada
  • Plata: Merlo
  • Bronce: Gral Pueyrredón

League of Legends (menores de 18)

  • Oro: Gral. Pueyrredón
  • Plata: La Plata
  • Bronce: Malvinas Argentinas

FIFA

  • Oro: Dolores
  • Plata: Flores
  • Bronce: Pergamino

Clash Royale

  • Oro: Junín
  • Plata: La Matanza
  • Bronce: San Antonio de Areco

Un punto a destacar, más allá de la solidez de la organización y de la felicidad que reflejaban los participantes por formar parte de un evento presencial de esta magnitud, es la buena onda que había entre ellos. Tras las series se juntaban a conversar o ver otras partidas, y esa buena relación se terminó de forjar finalizada la competencia.

Después de decidir a los campeones, y previo a la tan ansiada entrega de medallas, se disputó la Copa Devastador, un torneo amistoso en el que los participantes de los municipios debían mezclarse entre ellos para participar. Además, tenían la opción de hacer el rol de casters, árbitros, periodistas o jugar otro videojuego.

Al ser una disciplina en la que predomina lo mental sobre lo físico, los esports no discriminan género a la hora de competir. Este año, al igual que en 2017, hubo una mujer participando. Fue la jungla del municipio de Junín, que se quedó con el cuarto puesto en la categoría sub 18.

En Clash Royale sorprendió Laureano, un chico de 11 años. Fue el más joven de toda la competencia y demostró un gran nivel, además de una gran personalidad en la arena. Por si fuera poco, se quedó con el cuarto lugar y con la admiración de la gran mayoría de los presentes.

Foto de portada: Nazareno Navarro

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