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Hace no demasiado tiempo atrás, semanas nada más, esta nota no hubiese existido. O bueno, sí, quizás lo hubiese hecho, pero su contenido sería totalmente diferente. Ya desde su título variaría, porque no se hablaría de una clase de la que tener cuidado, sino que se explicaría, con algo de facilidad, las causas de su desaparición y de la poca influencia que posee en el metajuego actual.

Sin embargo, toca hacer este análisis después del 11 a 0 que Diego “Evangelion” Fuentes consiguió en la DreamHack con el, quizás, único mazo competitivo de la clase y es por eso que la situación cambió por completo. No den por muerto a Uther, aún no…

Identidad

Más allá de algunas listas de arquetipos diferentes, que no llegaron a mucho realmente, Paladín es Control, sus hechizos y esbirros apuntan a eso y no parece querer jugar a otra cosa. Es, justamente en esa función, que se siente cómodo. Le gusta esperar, cederle el protagonismo a su rival y responder a todo lo que este pueda hacer. Si su plan fracasa, o corre riesgo de hacerlo, tiene el respaldo de sus cartas de curación para aguantar lo necesario y dar vuelta el partido cuando se acaben los recursos ajenos.

En ese ítem hay que destacar que, aunque parezca que no, Uther tiene un buen puñado de herramientas para controlar la mesa. No se trata solo de Igualdad y Consagración, esbirros como y Guardiana de Uldaman, sumados a hechizos como y armas como Campeón de Veraplata, pueden otorgar el dominio necesario para contener al oponente y ganar en el largo plazo.

Ni el mejor ni el peor

Posee cierta ventaja contra los mazos más populares de la clase que domina el formato y se mantiene en un enfrenamiento parejo contra el resto de los tier 1 y 2 del juego. No tiene ninguna derrota asegurada, nadie se lo va a sacar de encima tan fácilmente y eso lo hace una buena elección para cualquier lista.

Un buen equipo

La mayoría de los esbirros que posee Uther trabajan en beneficio de la idea principal de la clase, controlar el partido y la mesa. Incluso algunos de los que no nacen con esa idea pueden terminar adaptándose y encajando en listas de tinte defensivo, por lo que no quedan olvidados o sin uso.

Incluso sus legendarias se acomodan a lo que el Paladín quiere. Ragnaros, señor de la luz y son dos criaturas que cualquier clase quisiera tener, no solo por su capacidad de desequilibrio y valor por sí mismas, sino por lo bien que se acomodan al plan de juego. Hasta las menos populares y usadas, Bolvar Fordragón y Eadric el Puro, encajan bien con la idea madre.

Conclusión

Paladín está lejos de ser la peor clase del juego, pero también a años luz de ser la mejor. No tiene herramientas para pelear el reinado del meta con Brujo, Guerrero, Chamán y Druida, pero lo que posee le alcanza para alejarse, y bastante, de las que se ubican en el pelotón de abajo.

Puede sorprender y, si el formato se presta a su juego (cosa que no siempre pasa con Conquest), transformarse en una inclusión interesante en cualquier torneo. Quizás en un futuro, con las expansiones venideras, se termine de afianzar entre los mejores héroes, pero con lo que tiene le basta para definirse como un llamado de atención que no es muy recomendable obviar.

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