A siete meses de su debut, Lillia no fue parte de una oleada de buffs y nerfs significativos. Pero continúa como una de las consentidas en los esports.

Lillia es una de las campeonas que podríamos considerar como “intocable” por parte de Riot Games en League of Legends. Cuando llegó a la Grieta del Invocador, no paró de ser una jungla de alta prioridad en el competitivo. Pero a tan solo siete meses de su salida, sigue vivita y coleando, sin cambios drásticos que permitan experimentar nuevas estrategias.

De acuerdo con su actual historial de balance, la Flor Tímida jamás estuvo involucrada en buffs y nerfs de gran peso. Lo último y más cercano fue la pequeña reducción a su resistencia mágica base (de 32.1 a 32) del parche 11.1. No afectó en lo más mínimo a su rendimiento.

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Pero aquí viene lo más curioso. Según OP.GG, Lillia alcanza a un 48% de win rate, lo que indica que, en términos de rendimiento, no se considera como una buena selección. Esto se debe a la popularidad que cobraron otros campeones en su rol. Algunos fueron el inesperado Udyr por su rápida limpieza de monstruos y Olaf, que cayó recientemente en el parche 11.3.

Con respecto a la escena competitiva, la Flor Tímida no paró de ser una carta esencial en la selección y bloqueos. La página Games Of Legends señala que fue parte de ella más de 500 veces a nivel global. En el caso de Latinoamérica, pudimos verla en el debut de la Liga Latinoamérica y en la jornada 2 de la Liga Master Flow.

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Ya establecidos los cambios en la jungla en el 11.3, es posible que Lillia vuelva a tomar un protagonismo más fortalecido en LoL. Pero no podemos negar que, en algún momento, Riot Games debería aplicarle un cambio drástico. Algo que le permita buscar una nueva estrategia.

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